El estado funcional y la prevención de lesiones
¿Cuáles son las causas de una lesión? Esta pregunta, a priori compleja, también tiene una explicación o un punto en común sencillo: la falta de preparación. Es cierto que cada vez hay una mayor concienciación, tanto para deportistas profesionales como otros amateurs, sobre la relevancia de una preparación previa o como la actividad física debe desarrollarse de forma progresiva, pero siguen siendo muchos los que acaban con problemas por una falta de planificación adecuada.
Todo ello nos lleva de nuevo al punto de arranque: la lesión. Usar palabras como “percance fortuito” o “no esperado” para explicar sus causas es en muchas ocasiones incorrecto, existen detrás casi siempre razones y su análisis es fundamental, tanto para planificar su recuperación como para evitar repeticiones, generando una preparación más adecuada para evitarlo.
Por ejemplo, entre las causas más comunes está en el sedentarismo, la falta de entrenamiento o forma física, pero también en la realización de programas de entrenamiento no adecuados, falta o realización de ejercicios de calentamiento poco apropiados, fatiga muscular o falta de descanso.
El experimento del muro y la cortina
Para comprender mejor la importancia de la preparación de nuestro cuerpo para los continuos cambios a los que estamos expuestos vamos a utilizar un curioso experimento que se realizó hace unos años en el campo de la ingeniería de materiales. Su objetivo era evaluar el colapso estructural, y para ello se lanzó un huevo contra un muro y otro contra una cortina. El resultado fue completamente distinto.
Así, contra el muro, al chocar dos elementos rígidos, el huevo acababa roto, pero contra la cortina, gracias a su maleabilidad se absorbe el impacto y protege la integridad del huevo. Este experimento lo podemos trasladar a nuestro propio cuerpo, en la importancia de que no se comporte como una estructura rígida sino flexible, y con ella adaptada a los cambios, tanto físicos como mentales que afectan a nuestro cuerpo.
La prevención una de las claves de Método Inercia
Uno de los objetivos fundamentales a los que debemos encaminarnos es llevar nuestro cuerpo a un estado funcional. Este nos permite que nuestro cuerpo pueda interrelacionarse mejor con nuestro entorno, sino con ello facilitar la adaptación ante los continuos cambios a los que estamos sometidos. El estado funcional nos debe acompañar siempre, pero especialmente relevante mantenerlo en el tiempo con mayor importancia cuando se produce algún tipo de deterioro como con la edad, en la que la prevención y preparación toma una mayor relevancia.
Este estado funcional, este “efecto cortina” que nos permite adaptarnos mucho mejor a los cambios se basa en tres elementos principales:
• Capacidad de movimiento.
• Interacción con los elementos.
• Necesidad de consolidar ciertos hábitos.
Por todo ello, en Método Inercia se apuesta claramente por la preparación física adecuada indispensable como método de prevención, y con ello yendo mucho más allá de revertir las disfunciones corporales. Esta parte en primer lugar de la realización de estudios biomecánicos para, a partir de estos, practicar la actividad física guiada, fisioterapia adecuada y los medios necesarios para alcanzar una condición estructural cercana a la maleabilidad, como la flexibilidad y dinámica de la cortina.
El resultado no es solo lograr un estado físico más saludable, también mental, generando una mejora en la calidad de vida y con ello un que las lesiones sean menos frecuentes e importantes, en definitiva, reducir factores de riesgo o asociados a las lesiones y mitigar sus posibles consecuencias.